El pasado lunes 4 de febrero a las 10:33 AM gran parte de la República Dominicana se vio sacudida por un fuerte temblor de Magnitud Local 5.5 localizado por el Loyola al sureste de la Isla Saona y a unos 60 km de profundidad. El Centro Nacional de Sismología (CNS) y el Servicio Geológico de los EEUU (USGS) lo registran con Magnitud 5.3 y a 55 y 74 km de profundidad respectivamente.
El USGS, en suPortal, suministra el mecanismo focal del evento sísmico. Según sus cálculos de Momento Tensor, el temblor, o bien ocurre en una falla con orientación de 258° y con buzamiento de 60° hacia el noreste o en una falla con orientación de 118° y buzamiento de 37° al Suroeste. Ambas posibilidades indican mecanismo de extensión en dirección Noreste-Suroeste con una ligera componente de desplazamiento lateral al Noroeste. En las figuras a continuación, se muestran los gráficos correspondientes:
El mecanismo focal calculado por el USGS en principio resulta difícil de asimilar dado que evidencia esfuerzos extensivos en esa región y con profundidad intermedia, por lo general el régimen de deformación en ese ambito tectónico tiende a ser compresivo. La siguiente imagen muestra el esquema tectónico regional mas aceptado por la comunidad geocientífica donde se ubica el temblor del 4 de febrero en la dirección de descenso de la Placa Caribe por debajo de la Micro Placa Hispaniola. Estos resultados implicarian entonces un relajamiento (alivio) de esos esfuerzos compresivos habituales en esa región, quizás producto del desequilibrio con el régimen compresivo más firme al Oeste de la isla donde la Dorsal de Beata actúa frontalmente contra el Centro de la isla siendo acorado por el Banco de las Bahamas al Norte (Placa Norteamericana)
En el mapa de la isla anterior, se nos muestra cómo están alineados con los ejes de esfuerzos T (Noreste-Suroeste) la secuencia de temblores del 30 de enero al presente sobre el Noreste del Canal de la Mona y el temblor de la Isla Saona del 4 de febrero como si estuviéramos presente a un fenómeno de Acción-Reacción. Ese fenómeno bien pudiera ser válido si se pudiera demostrar que la secuencia de los temblores al noroeste del Canal de La Mona pudieran correponderse con la estructura de Cuenca de Desgarre reportada por (Dolan, 1998)* donde la prolongación Noreste de la Falla Septentrional (NESF) pudiera generar relajamiento de esfuerzos en esa estructura. En la siguiente imagen, se muestran las estructuras y vectores de esfuerzos dominantes en esa región: